martes, 8 de septiembre de 2015

La falda interminable

Hola otra vez!!! Tal y como prometí, he vuelto prontito para enseñar proyectos que he ido terminando y no he encontrado el momento de subir.
Hoy le toca el turno a una falda que empecé hace muchos meses y he ido cogiendo y soltando durante la primavera y el verano. Y es que este trabajo no es apto para impacientes... pero estoy muy contenta del resultado, aunque no pueda ponérmela en unos cuantos meses.
Aquí está el resultado:
 Como de costumbre, mi fuente de inspiración es muy muy distinta. Vi esta falda en pinterest hace mucho mucho tiempo. Me encantó y tenía la idea de personalizar una de las mías bordándola completamente, tal y como la de la imagen.
 Así que tiré de fondo de armario, concretamente de una falda vaquera que me parecía especialmente neutra. Color oscuro y ausencia de bolsillos ni delante ni detrás. Tampoco otros adornos... un lienzo en "blanco".
Para romper el hielo en el bordado busqué un motivo central para, alrededor del mismo, ir añadiendo motivos más pequeños. Busqué inspiración en dibujos circulares para hacer tatuajes de henna y en mandalas para colorear y finalmente me quedé con éste. Lo imprimí en el tamaño deseado y lo calqué a la falda con un papel de calca clarito.
Eso que parecía tan fácil, que es tan fácil cuando la tela es lisa y finita, en esta tela gruesa y con textura fue un suplicio. Hasta tres tipos de calcas diferentes usé y no se terminaba de notar. Y lo peor era que el motivo se borraba con el roce de las manos al ir bordando. ¡Con lo que me ha costado a veces borrar las marcas del calca después de bordar una prenda!
Después de bordar el motivo central, todo ordenadito y simétrico, me empecé a anarquizar, primero seguí bordando alrededor del mandala, circularmente, experimentando con puntos. Después empecé a desvariar y, aprovechando que era imposible dibujar un patrón, iba inventando y rellenando conforme iba bordando para rellenar huecos. Cuando llevaba más de la mitad de uno de los cuadrantes de la falda, quedó patente que no era necesario rellenarla entera, sólo con un cuadrante delantero quedaba ya suficientemente adornada.

 Y así es como la he dado por terminada. Al menos por ahora...
Tengo que agradecer infinitamente a Pepa, de la Mercería de mi barrio, la generosa donación en hilos de bordar preciosos y de colores muy especiales, que he han proporcionado a partes iguales recursos e inspiración.
¿Te animas a coger el bastidor?
En unos días más cositas...Besos!!!


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